El drenaje linfático manual o DLM es una técnica terapéutica que se utiliza para estimular el sistema linfático y mejorar la circulación de la linfa, un líquido que ayuda a eliminar las toxinas y los desechos del cuerpo. Este tipo de masaje se realiza a través de diferentes movimientos suaves y rítmicos en la piel, que ayudan a mover la linfa hacia los ganglios linfáticos y a eliminar los fluidos acumulados en el tejido.
El DLM se puede realizar en diferentes partes del cuerpo, como las piernas, los brazos, el abdomen, el rostro y el cuello. La terapia comienza cuando el paciente se encuentra en una posición cómoda y relajada, y se utiliza un aceite o crema para ayudar a que las manos se deslicen suavemente sobre la piel.
Pasos a seguir para aplicar el DLM
- Movimientos iniciales: El terapeuta comienza por realizar movimientos iniciales de bombeo en la zona del cuello y la clavícula. Estos movimientos ayudan a abrir los canales linfáticos y a estimular la circulación de la linfa.
- Movimientos de tracción: A continuación, el terapeuta realiza movimientos de tracción en las zonas donde hay congestión linfática, como las piernas, los brazos o el abdomen. Estos movimientos consisten en aplicar presión suave y luego estirar la piel en dirección a los ganglios linfáticos.
- Movimientos circulares: El terapeuta también puede realizar movimientos circulares en las zonas afectadas para ayudar a movilizar la linfa.
- Movimientos de presión: En algunas zonas, como el cuello o las axilas, el terapeuta puede realizar movimientos de presión suave.
- Movimientos finales: Una vez que se han realizado los movimientos en las zonas afectadas, el terapeuta debe finalizar el drenaje linfático manual con movimientos de bombeo suaves en la zona del cuello y la clavícula.
¿Para qué sirve el DLM?
Esta técnica se puede utilizar para tratar diferentes afecciones, como la retención de líquidos, la celulitis, la linfedema, la inflamación y el dolor. También se puede utilizar para mejorar la circulación sanguínea, reducir la tensión muscular, aliviar el estrés y mejorar la función del sistema inmunológico.
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Para obtener los máximos beneficios del DLM es fundamental contar con la ayuda de un terapeuta especializado. Esta técnica precisa de una formación adecuada y de experiencia previa para su correcta aplicación y adaptación a las necesidades de cada persona.
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